jueves, 23 de septiembre de 2010

23: Las tareas domésticas compartidas... ¡cuanto ahorro para la familia!

Antes, en mi época (soy cincuentona) la mayoría de las mujeres sabíamos coser, lavar y planchar, cocinar y llevar una casa, con todo lo que ello significa. Eso suponía un gran ahorro para una casa, encontrarse una mujer que sabía llevarla sin ninguna necesidad de ayuda externa (no hacía falta una planchadora, ni una limpiadora, ni una costurera, ni una niñera, ni una cocinera, ni absolutamente nadie de la calle, imaginaros que gran ahorro para la económía doméstica). Claro que pasaba una cosa... a estas mujeres, cuando no tenían además un trabajo fuera de casa, se les llamaba "amas de casa" y  colaboraban de modo sustancial en la economía doméstica (ahorraban tanto en estos gastos, que todo eso podía corresponder a un "sueldo simbólico"). Pero yo me preguntaba y me sigo preguntando ¿y las que además de todo eso, trabajamos fuera de casa? evidentemente no nos llaman amas de casa... Pues yo reinvidicaba llamarlas "superwoman" y de esas os aseguro que hemos sido un puñado muy grande, que además de aportar un buen sueldo a casa, ahorramos otro sueldo con nuestro trabajo (en la mayoría de los hogares de mi generación ha sido así).
Pero también hay muchos hogares (cada vez más, a dios gracias), en los que tanto el hombre como la mujer realizan las tareas domésticas o en los que tanto la pareja como los hijos realizan todas las tareas (esta es la situación ideal y la más educativa para futuras generaciones). Pues, señoras, señores, chicos y chicas, yo sueño con que desaparezcan los eufemismos de "ama de casa",  "superwoman" y hasta el de "padres-esclavos" (cuando los hijos no dan ni golpe y esperan a que papá o mamá les resuelva todo).  Quiero que llegue, cuanto antes, el día en que se acaben los eufemismos y alcancemos la igualdad, porque ese es el objetivo ¿no?
Pues ya sabéis, si queréis ahorrar un buen sueldo entre todos (no solo la mujer, no solo la madre o no solo la pareja), a ponerse las pilas y a cooperar en las tareas domésticas. Todos/as tenemos habilidades por descubrir! Además de ahorrar un dineral, conseguiremos dignificarnos como personas iguales en derechos y obligaciones y educaremos a nuestros retoños (de cualquier edad, porque en todas las edades se tienes destrezas...hasta un bebé de pocos años sabe comer solo y vestirse) en valores como el esfuerzo, la responsabilidad, la cooperación, la disciplina... que tanta falta hacen en estos momentos, en una sociedad que atraviesa una crisis no solo económica, sino también una crisis de valores.
Dicho esto, celebremos felizmente hoy el "Día Internacional en contra de la explotación  de las mujeres"

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