El otro día estaba con mi hija Ángela cenando y me contaba ella como en un restaurante donde había trabajado, en Cardiff, habían tenido que limpiar de un día para otro todos los congeladores (hablamos de habitaciones enormes, porque se trataba de un gran restaurante de una cadena alimenticia), por una inspección sanitaria, que exigía esta limpieza a fondo de estas habitaciones-congeladores. Ellos estaban acostumbrados a tirar todo lo que quedaba allí (ya lo habían hecho en otras ocasiones), que eran cajas enteras de pan congelado, pescado (bacalao y otros pescados de calidad) y helado, fundamentalmente. Pero mi hija, acostumbrada a otros hábitos (ya os lo imaginaréis), no podía soportarlo y con el permiso del encargado del restaurante, avisó a comedores sociales y al hostel donde ella se alojaba. Disfrutó viendo como se acercaban con furgonetas y cargaron montones de cajas de alimentos congelados, que se aprovecharían los próximos días, en vez de ser tirados a la basura. Esa es mi niña!!
Así que esta es la "idea" del día, cuando sepamos de situaciones así, debemos avisar y gestionar el aprovechamiento de estos alimentos. Es tanta la comida que pueden tirarse en almacenes, centros comerciales, en grandes superficies o en tiendas y pequeños comercios o a nivel industrial,... que solo tienen que avisar y lo recogen para comedores sociales (me estoy acordando de los Angeles de la Noche, en Málaga, que reparte miles de raciones de comida diarias). |
| Qué dolor! cuanto pepino tirado! |
Terminada de contar esta historia galesa, ahora voy yo y hablo de los pepinos españoles. Tantas y tan toneladas de pepinos que se han tirado (antes ha sido de tomates, melones, fresas, toda clase de verduras y frutas...) !pues no lo entiendo! Todo eso se puede aprovechar de la misma manera que los congelados ¿no?, pero ahora voy y me entero que no, que los que se tiran, son los únicos por los que se ha pagado una indemnización por parte de la Comunidad Europea. ¿quéeeeeeeeeeee? Para los productores, era mejor entonces tirarlos que regalarlos, porque si no se tiraban (al parecer con un certificado relativo a esta "destrucción" del pepino), se suponían que eran aptos para el consumo y por tanto comercializables. Un auténtico disparate. Nuevamente, las leyes (del mercado, en este caso) vienen a decirnos que el sentido común y la austeridad te la puedes meter por donde te quepa. De verdad, es que esto es un putiferio. Si depende de los gobiernos, de las leyes, de los políticos...así no hay manera de ahorrar! así que vamos a hacer que dependa de nosotros/as y vamos a ahorrar en los pequeños detalles, en lo que nosotros podamos controlar, porque algo tan importante como el ahorro no podemos dejarlo sólo en sus manos!!
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